Las condiciones climatológicas y la pesca de las truchas
Para los pescadores de pesca a mosca el monitorizar y analizar las previsiones meteorológicas se ha convertido en una costumbre. Las previsiones meteorológicas a corto plazo, en plazos de 2 / 3 días, cada vez son más fiables. La sección del tiempo en los telediarios son de los programas más vistos en televisión y las apps de información meteorológicas, de las más usadas.
Los pescadores nos beneficiamos de las previsiones bajo 2 puntos de vista:
- Queremos saber si hará frío o calor, si va a llover, para poder ir bien equipados y no olvidar el chubasquero, la malla, el peto polar o las gafas de sol.
- Queremos saber si el tiempo será favorable para que los peces piquen.
Las condiciones meteorológicas no afectan por igual en todos los ríos ni a lo largo de la temporada de pesca, pero son determinantes para anticipar un buen día de pesca.
Un ejemplo de estas variaciones lo encontramos en la cornisa cantábrica. Los días desapacibles para las personas, con frío, lluviosos y viento de oeste o norte, son días de alegría para los pescadores pues los peces pican mucho mejor.
En cambio, hay ríos en los cuales el viento sur resulta un buen aliado, como en el río Xallas. También hay que tener en cuenta en que momento de la temporada en que nos encontramos para descifrar si las condiciones serán buenas para la pesca.
Días soleados, ¿son buenos o malos para pescar a mosca?
Habitualmente se ha dicho que las truchas huyen del sol, pero lo cierto es que no siempre es así. Al comienzo de la temporada de pesca, la temperatura del agua suele ser muy baja debido al deshielo o, tal vez hay algún embalse en la cabecera del río. La truchas en esa época prefieren colocarse al sol y será más fácil que detecten nuestras ninfas o moscas.
Hace años, pescando en ríos leonenses, observé que los pescadores de la zona esperaban pacientemente a que el sol diera en determinadas zonas del río para acercarse a pescar en ellas. Si el sol todavía no llegaba al agua, ni se molestaban en lanzar sus ninfas en esas corrientes.
Por otro lado, cuando el sol está muy alto, o con las temperaturas elevadas del verano, las truchas prefieren la sombra y aprovechan el alba y el ocaso para comer.
La lluvia ¿aliada o enemiga?
La verdad es que, para pescar, la lluvia es un engorro. Las gafas están salpicadas de agua, el chubasquero es una incomodidad, las moscas secas se hunden... Encima el hilo se pega a la caña de la ninfa y notar la picada resulta casi imposible... ¡menudo desastre!
Pero, lo cierto es que suelen ser días propicios para pescar. La ligera subida del río con la lluvia arrastrando insectos desde las orillas y los árboles próximos hasta el caudal, invitan a las truchas a comer. Con la lluvia, los peces aumentan su actividad y resultan días muy fructíferos para los valientes pescadores que se animaron a superar tantos inconvenientes.
El frío, ¿ayuda?
Con frío intenso y el agua con temperatura baja, las truchas presentan poca actividad y las eclosiones son muy escasas
Después de varios días de calor, si la temperatura cae unos grados, puede que los siguientes sean días propicios, pero como norma, el frío no es nuestro mejor compañero para pescar.
Presión atmosférica… ¿mejor alta o baja?
Existe una teoría que dice que a mayor presión atmosféricas, la tensión superficial del agua es mayor. Esto provocaría que se necesite más energía para que las ninfas rompan la superficie del agua y que las eclosiones sean muy bajas o casi nulas.
Pero lo cierto es que las bajadas de presión vienen acompañadas de nubes y viento. Estas condiciones suelen ser buenas para la pesca. Parece que las truchas intuyen que se acerca la lluvia o el empeoramiento y se apresuran a comer.
Viento… siempre malo
Con el viento no tenemos dudas, una previsión de viento intenso siempre va en contra de nuestros intereses. La pesca a mosca seca o ninfa con viento resulta muy molesta. Además hay que agregar que las eclosiones escasean en esas condiciones.
Tablas solunares… ¿sirven para algo?
Las tablas solunares predicen las horas de más la actividad de los animales a lo largo de un mes. Dependiendo del número de horas de sol y el momento que se encuentre la fase lunar, sea luna nueva, llena, creciente o menguante, la actividad de los peces se ve alterada. Según estas tablas, existes horas en las cuales los peces deberían picar más pues deberían mostrarse más activos.
Nuestra experiencia es que la fiabilidad de estas tablas es bastante relativa y no hemos podido verificar que sus predicciones sean del todo fidedignas.
En ocasiones le echamos la culpa a la luna llena si los peces no pican porque intuimos que aprovecharon la luz de la luna para comer por la noche.
Lo cierto es que siempre andamos buscando las razones que expliquen el resultado de una jornada de pesca, sea fructífera o menos afortunada. Y las condiciones climatológicas son unos de los factores que más influyen en nuestras teorías.